miércoles, 18 de octubre de 2017

El derecho a decidir.

Pedro González Aceituno
Trabajador Social
EL DERECHO A DECIDIR, es básico en una sociedad democrática y tolerante. Recuerdo el grito NOSOTRAS PARIMOS NOSOTRAS DECIDIMOS, no es una reivindicación bonita porque rima, tiene un alto contenido. En los años ochenta, el PSOE hizo una ley del aborto donde las mujeres NO DECIDÍAN, la ley estaba llena de obstáculos y quienes tenían el poder eran los profesionales, que eran quienes decidían si se cumplían los supuestos. 

En la medida que la ley se fue acercando a reconocer que el sujeto que debía tener la capacidad de decisión era la mujer, surge el hombre, que cuestiona, desde el modelo patriarcal, esa capacidad de decisión, "los hombres tenemos algo que decir no va a decidir ella sola, la criatura también es mía". La reivindicación se mantuvo y tomó más fuerza, NOSOTRAS PARIMOS NOSOTRAS DECIDIMOS.

Las ley de aborto actual ha sido recortada por el PP, las mujeres que deciden abortar sufren, al menos en Málaga, un calvario por el ataque de los sectores ultrareligiosos, cuando acuden a ejercer ese derecho a decidir, no tener protección y tener que acudir a clínicas privadas. El derecho a decidir es objeto de acoso.

Sirva el DERECHO A DECIDIR DE LAS MUJERES en el tema del aborto, como aproximación a una reflexión al DERECHO A DECIDIR DE LOS PUEBLO, uno derecho individual, el otro derecho colectivo.

EL DERECHO DE LOS PUEBLOS A DECIDIR SU FUTURO está recortado en la legislación del reino de España.

Las únicas vías que dejan, como fue el caso del aborto, es la profesional, en el aborto fueron los médicos, ahora es el Tribunal Constitucional. Entonces eran pocas las que entraban en los supuestos, ahora la capacidad de decisión es imposible de ejercer.

En el caso de darse una apertura de miras, hay voces que dicen que si hay que decidir, seremos todos los pueblos del reino de españa quienes decidamos el futuro de Catalunya. 
El centralismo se expresa como el patriarcado se expresó en el aborto, "algo tengo yo que decir". Seguiríamos negando el DERECHO A DECIDIR.

Ante aquella ley tan restrictiva de los ochenta, las mujeres no se rindieron, surgieron miles de juicios, clínica registradas, expedientes médicos secuestrados, ¿suena eso a algo que esté ocurriendo hoy?, muchas personas nos autoinculpamos, de haber abortado o haber colaborado.

La consiga del poder era que la ley está para cumplirla, pero no pudieron meter en las cárceles a miles de mujeres, ni a los hombres colaboracionistas

La respuesta social paró los juicios y obligó a que las leyes cambiasen. Las leyes, si no responden a lo que la sociedad demanda, se deben cambiar.

La situación de Catalunya solo se arregla regulando un referéndum libre y transparente, ejerciendo el DERECHO A DECIDIR. Si hay que cambiar la ley se cambia, como hicieron con el artículo 135 y la reforma laboral y los recortes sanitarios y la ley de extranjería, y.......

Los apocalípticos dijeron que con el aborto, millones de mujeres se iban a destrozar sus vidas, esto sería Sodoma y Gomorra. Esos mismos, dicen que votar en Catalunya atenta a la unidad de España. ¿Quién atenta a la unidad? Yo no quiero vivir en un estado sometido, quiero vivir en un estado donde todos los pueblos estén a gusto, sean libres y nos podamos ayudar.

No soy independentista, soy soberanista. La soberanía es reconocer que cada persona y cada pueblo pueda elegir con quién se relaciona y de qué forma. Respetando la dignidad de los demás y sus derechos.

Sería preciso reflexionar también sobre quién está enfrentando a la sociedad catalana.

Porque de tanto escuchar los medios de comunicación del poder, sin reflexionar, nos tragamos su discurso, lo hacemos nuestro y odiamos a los vagos de los pobres, a los delincuentes inmigrantes, a los catalanes, como ayer fueron los vascos, o los vividores subsidiados andaluces, a los gitanos, a los homosexuales, a.....

Salud y República

Pedro González Aceituno
Trabajador Social



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